lunes, 15 de febrero de 2016

Sábado 13-febrero Tema La Amistad de Jesús y Convivio


 
 




Jesús experimentó la amistad
Es verdad que Jesús ama a todos por igual, sin condicionamientos sociales, económicos o nacionales. Incluso ama a sus enemigos. Y los ama hasta la muerte.
Y su amor por todos los hombres no es un amor de sentimiento pasajero ni de expresiones exteriores tiernas y afectadas. Su amor es de caridad, que encierra estas características ricas y valiosas:
Se dirige hacia los demás con un corazón abierto, sin aislarse o evadir el trato; va al encuentro de todos los que ama (cf Mt 11, 28).
Cura, consuela, perdona, da de comer, procura hacer descansar a sus íntimos.
Se compadece de quien está necesitado (cf Mt 9, 36).
No discute con sus amigos; los corrige, pero no choca con disputas hirientes (cf Mt 20, 20-28).
Se alegra con ellos en sus momentos felices (cf Lc 10, 21).
Rechaza sus intenciones desviadas (cf Mt 16, 23).
No desea nada de los hombres; no busca dar para recibir. Y cuando una vez busca consuelo en la agonía, no lo encuentra (cf Mt 26, 40).
Se siente incomprendido por ellos, pero era parte de su cruz, pues aún no había venido el Espíritu Santo que les hiciera comprender todo (cf Jn 12, 24).
Los ama sobrenaturalmente, no por sus cualidades humanas (cf Jn 13, 14).
Pero también mantiene una distancia entre sus amigos y Él, pues su mundo está mucho más allá del de ellos (cf Jn 2, 25).
¿Ha habido hombre alguno en la tierra que haya amado a los hombres como Jesús?
Es verdad esto que acabamos de decir: Jesús ama a todos los hombres, y los considera como amigos. Pero también es verdad que tuvo amigos especiales. Abramos el Evangelio.
Jesucristo nos contesta en el Evangelio: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando" (Jn 15, 14). Y lo que nos ha mandado Jesús es amarnos unos a otros, como Él nos ha amado. Él nos ha mandado rezar y vigilar. Él nos ha mandado ser mansos y humildes de corazón. Él nos ha mandado ser santos como su Padre celestial es santo. Él nos ha mandado cargar con su yugo. Y así podríamos seguir con todo el Evangelio. Ahí tenemos lo que Jesús nos ha mandado. Si lo cumplimos, seremos sus amigos.
Por tanto, para ser amigos de Jesús no es suficiente un amor de sentimientos, de emociones. Hay que amar a Jesús con un amor de entrega, de sacrificio, de fidelidad. Con un amor hecho obras. Obras son amores y no buenas razones.
Jesús no quiere amigos de conveniencia, que sólo están con Él hasta el partir el pan, pero que le dejan solo y huyen cuando se aproxima la sombra de la cruz. Jesús no quiere amigos que se aprovechen de Él para conseguir los mejores puestos en el cielo.
 
AVISOS: Próximo sábado evitar faltar a la reunión ,ya que se hablara sobre la Semana Santa... :)
 
 

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